lunes, 20 de septiembre de 2010

El objeto maldito ¿o bendito?

La flama danzaba sobre la punta de la vela y aguardaba a que aquel quien debía apagarla con el aliento despertara.

Lentamente el sueño cedía a la conciencia. Finalmente despertó y se encontró con un aparato extraño tanto en su forma como en la razón de que este se hayase en la habitación; lo levantó del suelo y lo miró atentamente, el aparato se desintegro y él perdió la vista.

Ella despertó de una pesadilla, el agobio de los sucesos que experimentaba desapareció, siendo reemplazado por el bienestar que acontece al caer en la cuenta de que el sueño no es "real". Bajó de su lecho y levantó el objeto con curiosidad, este se desvaneció y ella comenzó a volar, un par de alas plateadas habían aparecido en su espalda, eran desagradables a la vista y delgadas como las de un quiróptero pero eran más alas que las que ningún otro ser humano tendría jamás.

Rodeado de frío y silencio él se sentía desesperado, impotente y muy desconcertado. Era de esperarse desde luego, el sujeto había perdido el sentido más valioso que poseía. Después de un largo rato finalmente recobró la calma, se levanto del suelo e inicio una nueva vida.

Ella volaba alejandose de su hogar, de su vida, de la rutina, rumbo a cualquier sitio no importaba. Estaba distraida y feliz. Al cabo de un par de días se percató de que no podía aterrizar. Sin comer pero hambrienta, sin beber pero sedienta se mantuvo volando por un tiempo indefinido. Las alas se fortalecían y cada vez eran más grandes. No la dejarían escapar, la mantendrían volando.

Busca su vida en el refrigerador. Esta iniciariá con un buen desayuno. Del frigorífico extrae, pensando que son huevos, un par de orbes de esperanza y eso desayuna. Desayuno de esperanza.

Desesperada busca la forma de bajar, finalmente es derrotada. No tocara el suelo otra vez. Llora pero decide actuar. Se mantiene volando, ahora se alimenta de esperanza y bebe pasión.

Después del desayuno el ciego no se siente tan bien, hay algo sofocando su garganta. De su boca salen expulsadas esferas de color negro. Cada una de ellas estalla en pedazos y estos a su vez salen por la ventana y se dispersan por el espacio.

Continua volando, adaptada al fin. Una nube de fragmentos color negro se acerca velozmente, le arranca las alas y ella cae al suelo, al contacto con este se rompe el cuello. Tendida en el asfalto y a merced de los cuervos que ya la rodean, ella trata de poner su cabeza en el lugar indicado. No lo logra pues le faltan algunas ideas.

Él yace en el suelo de su cocina, semidesnudo medio enredado en una bata. Sufre contracciones musculares ocasionadas por el intenso frío que ha retomado la habitación. Sus planes no resultaron, jamás resultan. El desayuno no le trajo una nueva vida solo una muerte dolorosa.




martes, 14 de septiembre de 2010

Autoconservación

-Has caído nuevamente en sus redes-

-Así parece ser, ¿qué debería hacer? Mi razón y experiencia me dicen que es mejor que me detenga en seco y dé marcha atrás, mas mi corazón dicta con fuerza que me aferre a la ilusión ciegamente; que no renuncie a su hermoso ser-

-¿Realmente es hermoso? Tu silogismo se basa en nada-

-Es sensible y humano. Busca mejorar como persona y se interesa por las virtudes de los demás. Evita la superficialidad y es muy inteligente, comprende el mundo de una manera peculiar. Además es muy noble-

-Dime, ¿esto que me aseguras es real o es solo la concepción que tu te generaste de él? Te recuerdo que no has compartido más que algunas palabras vacías con este sujeto. Tu eres quién lo hizo hermoso, él no tuvo nada que ver. No hay profundidad en tus pensamientos-

-Quizá tengas razón pero eso no cambia mi situación en nada. Conocer la naturaleza de mi condición no hará que él salga de mi mente... esta echando raíces que se profundizan y yo no puedo hacer nada al respecto, aunque desee con todo mi ser detenerlas el pensar en él solo empeora la situación.-

-Sabes que no esta a tu alcance, que son de naturalezas diferentes y que esto es definitivo. Déjalo entonces en paz, como tu desearías que ellas te dejaran. Detén tu marcha pues es una causa perdida. ¿A estas alturas no lo has entendido? parece que no aprendes con la experiencia.-

-Parece que no escuchas, se lo que tengo que hacer, se lo que es mejor para todos, es solo que no puedo hacerlo. Es mi razón contra mi cerebro primitivo, instintivo. Un instinto que esta ahí desde tiempos más antiguos que los inicios de la razón es por esto que no lo puedo controlar-

-Te haces daño, solo a ti y estas solo en esto. Debes elegir pues el camino que vas a seguir, y tu decisión debe ser definitiva e inmutable. Elige el sendero del dolor intenso pero pasajero o elige aferrarte a la ilusión y sufrir indefinidamente. Esta en tus manos ¿qué puede más, tu razón o tus instintos?-


lunes, 13 de septiembre de 2010

La verdadera cara del infierno

La niebla se eleva desde el suelo, la luz, se extingue, pronto las ánimas se levantaran y mostraran la verdadera cara del infierno. Las húmedas calles atestadas de lamentos se quiebran en presencia del señor de las tinieblas.

Gritos escapan del departamento más alto de un edificio antiguo que se haya en una de las zonas más lúgubre de esta patética ciudad. Sonidos, más animales que humanos, dominan la atmósfera por un fugaz momento... silencio... peste.

Pasadas dos semanas del extraño incidente, los vecinos perciben un olor pútrido que proviene del departamento. La policía acude a investigar.

La primera imagen... La entrada de un miembro de la policía en lo que suelen llamar " la escena del crimen", es difícil de describir: Un ingenuo oficial entrando al derruido departamento; las nauseas se apoderan de su ser inmediatamente. Un dolor punzante en la parte central del cerebro, similar al que se presenta en las personas exhaustas, lo aqueja. La atmósfera es mórbida en muchos aspectos, los olores descompuestos, masas que asemejan trozos desiguales de carne sangrante, esparcidos por el suelo; charcos pegajosos y goteras desagradables. Un poco asustado el oficial decide continuar.

En una de las esquinas de lo que podría ser la sala de estar una presencia que no parece humana ni animal se mueve, dando así pruebas de su animada condición. Es una masa amorfa de colores cambiantes entre el rojo, el negro y el pardo, palpitante y dotada de una especie de tentáculos repartidos en su cuerpo a intervalos irregulares. Emite un sonido similar a la mezcla del masticar de un cerdo y de un gemido, que bien podría ser propio de un asmático entrando en crisis.

La palabra "terror" adquiere un nuevo significado para el policía petrificado que deja escapar solo un gemido, un fatal gemido que revela su presencia hasta ahora inadvertida. La extraña criatura se percata de su compañía e inicia una lenta marcha hacia esta.

El amorfo ser avanza... Un creciente dolor queja al oficial y ninguno de sus sentidos logra detectar el origen de este. A medida que la masa se acerca las extremidades del humano comienzan a arder, su piel se desgarra lentamente; sus ojos ahora manan sangre; un intenso calor lo acosa, siente brasas en su interior y brasas en su en rededor. Su carne se abre sin más y sus órganos internos estallan, mas no puede morir, esa cosa no lo dejara. Extrañas alucinaciones irrumpen en su mente.

Escenas de mujeres, hombres, ancianos y niños; llorando, sufriendo, suplicando, agonizando, desollados, mutilados, invaden su mente. El demonio frente a él continua su lento avanzar. Con la cercanía las sensaciones se multiplican. Las imagenes insertadas en su cerebro son acompañadas con las alteraciones de los personajes protagonistas de estas, él recibe su castigo y simultáneamente el castigo de todas las victimas del pasado de aquella criatura.

El oficial, en un inútil intento por escapar, trata de correr hacia la puerta y cae al suelo. Súbitamente un respiro llega a él, recupera el control o parte de este, busca la salida a rastras con los sentidos desorientados y una vaga percepción del tiempo y espacio. Los miembros destrozados y el cuerpo en llamas le impiden moverse. Esta desesperado y con un terror extrahumano intenta alejarse de aquella maldición.

Una intensa luz azulesca entra por la ventana y rodea el agonizante cuerpo del policía, este no intenta dar expliación al suceso, solo sabe que se siente mucho mejor dentro del resplandor. Protegido por este, es comprensible que el sujeto se sienta salvado de aquel castigo. Para desgracia del humano, esto no es así. La criatura es cruel y goza al dar falsas esperanzas a sus victimas. El resplandor es solo una alucinación más.

Borrón y cuenta nueva

Por influencias externas a mi, las cuales sinceramente no puedo explicar, he decidido retomar este Blog que ya tenia muy olvidado desde hace un par de años.

Caigo en la cuenta de que un espacio privado, libre y gratuito en Internet puede ser una buena herramienta para comunicar ideas. Siendo realistas quizá nadie lea jamás estas ideas, pero bueno, también es un buen ejercicio.

He cambiado, desde los inicios de este Blog hasta el momento. Lo escrito en el pasado ha quedado en el olvido pues, a mi parecer actual, nada de eso valía la pena. Espero hacer las cosas diferente de ahora en adelante y esforzarme por mantener un cierto nivel de calidad en cada entrada que publique.

Gracias a mis imaginarios futuros lectores, son un gran cosuelo.